Nuestra democracia está muy lejos de alcanzar su triunfo histórico. Son muchas sus carencias. Pero entre todas, hay una muy arraigada: me refiero a la falta de una cultura democrática.
Propongo al lector un ejercicio contra el prejuicio racial o nacional: haga la cuenta de las personas de distintos orígenes (nacidas fuera o con ancestros extranjeros) que han marcado su vida para bien.
Michoacán fue escenario de casi todas las guerras mexicanas de los siglos XIX y XX: la Independencia, la Reforma, la intervención francesa, la Revolución y la Guerra Cristera.
La visión sobre América Latina difiere según se mire desde los Andes peruanos o los volcanes mexicanos. Frente a una mayor madurez, hay corrupción, criminalidad y una perversa propensión al liderazgo carismático.
El controvertido historial de privatizaciones explica la oposición popular al proyecto de Peña Nieto, que debe convencer al público de que esta vez la riqueza generada llegará a los ciudadanos que más lo necesitan.
En México muchas reformas han provocado revoluciones. Las que ha propuesto Peña Nieto no desatarán, previsiblemente, una revolución violenta, pero la reacción contra varias de ellas ha sido intensa.