Además de los múltiples errores y omisiones en los libros de texto gratuitos, los nuevos planes de estudio han borrado por completo bloques fundamentales para la formación integral de los estudiantes. Más que una nueva forma pedagógica, estos materiales son la divulgación de un credo político.
Solo una estrategia de firmeza, pero también de contención responsable, secundada por la ONU y los principales países de Occidente, paliaría el temblor apocalíptico que nos circunda y envuelve.
Resulta extraño que un presidente dedicado a impartir diariamente clases de historia desdeñe la enseñanza de la historia en los llamados libros de texto gratuitos de primaria.