Diario de Praga
Para la familia K...
Esta aldea es propiedad del castillo; quien en ella vive o duerme, en cierta forma duerme o vive en el castillo. Nadie puede hacerlo sin permiso del conde.
Franz Kafka, El Castillo
Es casi la medianoche del 26 de noviembre. Frente a la plaza de Wenceslao, al pie del Museo Nacional que con iluminación parece una obra de orfebrería, una brigada de estudiantes detiene nuestro auto. Visten uniformes verde olivo y están armados hasta los dientes con hojas mimeográficas, panfletos y distintivos patrióticos con los colores checoslovacos: blanco, azul y rojo. Hace apenas unos días, el atrevimiento de tener ideas y repartirlas en la vía pública los hubiera llevado a la cárcel. Hoy siente, por primera vez en sus vidas, el significado de la libertad cívica: pueden pensar, pueden expresarse, pueden reunirse y moverse a sus anchas sin que el señor del Castillo siga sus pasos.
[Fragmento]
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Vuelta, núm. 158
*Este texto se compiló en Travesía liberal, con modificaciones