Falsos profetas
Para José Guilherme Merquior, que los enfrentó
De los falsos profetas, líbranos Señor, no sólo por aburridos y patéticos sino por equivocados y peligrosos. Los pueblos en nuestros tiempos los han desmentido de modo contundente, aunque, por lo visto, no definitivo. Hasta hace unos cuantos años, los manuales del profetismo más popular del siglo XX que por decenas de miles se consumían -y se consumen aún-, en nuestras universidades, sistenían que la historia es una marcha incesante, predeterminada y triunfal desde las horrendas simas de la economía de mercado hacia las nevadas cumbres del socialismo.
[Fragmento]
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Vuelta, núm. 171
*Este texto se publicó en Textos heréticos y en Tarea política