Llama a ponderar riesgo populista
En su libro "El Pueblo Soy Yo", el historiador Enrique Krauze advierte sobre el riesgo que representa para México un paradigma de concentración del poder en una sola persona.
"Mi libro es un llamado al razonamiento, histórico y filosófico, sobre las raíces del fenómeno populista para que los ciudadanos puedan normar su voto del 1 de julio, aunque México no se acaba el 1 de julio ni comienza el 1 de julio.
"México es un ensayo histórico de muchos siglos, pero espero que este libro pueda servir para reflexionar sobre las raíces, sobre el inconsciente colectivo de nuestra mentalidad política", razona.
De cara a los comicios, Krauze se dice preocupado por el escenario que podría sobrevenir con un populista en la Presidencia de la República.
"Muchas cosas se pueden perder. La libertad de expresión es la que más me preocupa. Tienen la piel muy delgadita para la libertad, y la libertad, como el aire, sólo se aprecia cuando se pierde".
¿La sociedad mexicana tiene un antídoto para esto?
No. Lo tiene más que la venezolana. Pero no creo que tenga un antídoto porque por su historia no la vivió: tres siglos de vida virreinal, largos periodos de caudillismo y una presidencia imperial que permitiera libertad de expresión, pero muy a cuentagotas. Por lo que veo será una decisión muy difícil porque estoy seguro que muchos electores irán a las urnas sin entusiasmo.
¿Por qué percibe eso?
Yo en este momento tengo muchas prevenciones contra el populismo. Tengo un agravio histórico profundo con el PRI y los gobiernos del PRI que no supieron erradicar la corrupción. Que toleraron y cobijaron actos de corrupción. Lamento la división del PAN, lamento la división de la izquierda y que la izquierda democrática más moderna no haya avanzado. Pero al Frente lo veo sin proyecto, como navegando y sin emoción. ¿Qué van a hacer los jóvenes mexicanos? Tienen que iluminarlos la razón y la historia. Ojalá y lean muchos libros.
¿Qué mensaje puede enviar a los tres candidatos?
A Anaya, que la política no es técnica. La política es visión histórica. A Meade, que debe romper, debe ejercer una crítica desgarrada.
¿Con el sistema o de plano con el Presidente de la República?
Momento, momento. Debe romper con toda la tradición corrupta del PRI llamándola por su nombre.
Se ve difícil, ¿no?
Eso es lo que estoy diciendo...Y a López Obrador, que el tema no es el amor, Andrés Manuel. El tema es el respeto. El tema es la tolerancia, es aprender a escuchar al otro. El tema es respetar la crítica, considerar que los críticos pueden tener razón en algunos aspectos. El tema es dejar de tener esa actitud mesiánica para convertirse en un auténtico estadista. Ni Juárez, ni Madero ni Cárdenas, sus figuras, utilizaron la religión para usos políticos y mucho menos propiciaron el culto a la personalidad.
¿Ve condiciones para que se respete el voto?
Seré el primero en criticar si eso no ocurre, pero creo que sí hay condiciones para que se respete. Gane quien gane, el que tenga la mayoría, en democracia es el que gana, y seré el primero en levantarle la mano, pero seré el primero en recordarle que aquí en México, aunque no tengamos la tradición democrática de Estados Unidos, no puede ocurrir que perdamos nuestras instituciones y nuestras libertades. Esa es una exigencia irrenunciable.
En el libro (Debate), Krauze repasa la historia del populismo y diagnostica que, inevitablemente, este fenómeno conlleva la concentración del poder.
Es la definición de populismo. El populismo no se define como una ideología, es el tipo de dominación específica. En términos de Max Weber, es la dominación que ejerce un líder carismático sobre el pueblo, pero se trata de una dominación legítima: él puede llegar por la vía democrática. Pero su designio final es minar las instituciones, las leyes y las libertades propias de la democracia.
Creo que en el caso de América Latina el tema es muy complejo y en el caso de México todavía más porque, por ejemplo, está el caso del PRI. El PRI en el Siglo 20 no era populista. Era una combinación muy extraña entre el caudillismo y la tradición neotomista a la que me he referido. Porque el PRI tenía un presidente cada seis años, pero el poder del presidente no residía en su persona, en su carisma. Podía ser popular o no popular.
Era un presidente imperial...
Era un presidente imperial y era un presidente institucional. A los seis años se iba. El poder no estaba en absoluto en el carisma de su persona, sino en su silla, en la institución presidencial. La gente respetaba al presidente, pero no porque fuera Echeverría, López Mateos o Alemán.
Entonces no hay raíces populistas...
No, porque Plutarco Elías Calles dijo 'se acabó la era de los caudillos, la era del país de un solo hombre, y empieza la era de las instituciones'. Podemos criticar al PRI. Yo lo critiqué siempre, desde 68 a la fecha, pero hay que conceder que tenía un elemento institucional, sobre todo en la sucesión y reparto del poder.
En un régimen populista eso se disuelve completamente, lo que importa es el contacto entre el líder y el pueblo, a través de la palabra. Se parece mucho a la demagogia. Es la demagogia en el poder, por eso es tan peligrosa para la democracia y por eso, en mi libro, me dedico a estudiar, con algún detalle, la historia de la demagogia en Grecia, nada menos.
En el libro habla de "advertencias preventivas" y se remite al caso de López Obrador...
Incluyo el ensayo "El mesías tropical" y también "México en la antesala del populismo". Yo sostengo que México no ha tenido regímenes populistas en lo político. Echeverría y López Portillo tuvieron políticas económicas populistas, pero no hubo un orden populista porque nadie seguía a Echeverría o a López Portillo porque fueran muy carismáticos, aunque López Portillo fuera muy carismático. No: se les obedecía porque eran la institución presidencial, la que ellos por seis años encarnaban. Y en ese momento dejaban de existir: no es el caso del líder populista.
El líder populista cuando menos había que decir que el centro de su poder no es la institucionalidad, sino su carisma personal. Es el hombre que puede decir, tácita o abiertamente, yo soy el pueblo. Por eso titulé así el libro.
Sí, es una advertencia. Yo me he opuesto al PRI siempre. Ahora llevó a cabo ciertas reformas estructurales importantes, pero se les olvidó el centro del problema: corrupción e impunidad, injusticia, falta de Estado de Derecho. Ese olvido es gravísimo y pone al votante ante una situación muy difícil.
Ante una encrucijada...
Una encrucijada muy grande: el PRI merece perder y parece que una mayoría de los votantes, lo piensa así. Así que quede claro que eso es lo que pienso. Pero tampoco me convence el Frente.
¿Por qué?
Porque no veo ningún proyecto. No he visto más que frivolidades y no he visto programa, no he visto visión histórica, no he visto profundidad, no he visto emoción social. Soy un ciudadano sin candidato y sin un partido que lo represente. Es triste, es preocupante, pero es la verdad. Qué quiere que le diga.
Estoy muy preocupado por el advenimiento de un régimen populista. Estamos ante una sucesión muy difícil porque yo como ciudadano, preocupado por el voto y por el futuro de mi país, soy un liberal que no tiene partido, que no se ve representado por ningún candidato ni por ningún partido. No hablo de Margarita (Zavala) porque creo que sus posibilidades son muy limitadas.
¿Por qué optar entonces?
Lo dejo al lector, pero me preocupa siempre la concentración absoluta del poder en una persona. Eso creo que es un riesgo terrible para México.
Si López Obrador gana, ¿inevitablemente concentrará un poder absoluto?
Digamos que no puedo profetizar eso, pero que dada su trayectoria, sus hechos, sus expresiones, su biografía que estudio en ese ensayo, todo parece indicar que sí. Así ha manejado su partido, él ha dicho el movimiento soy yo. Me molestan mucho las infamias y calumnias que aparecen en las redes sociales desde Morena. Yo no me voy a hacer la víctima, ¿pero por qué Andrés Manuel no las ha desautorizado?