Reseña: La autobiografía intelectual de Enrique Krauze
Por: Rubén Aguilar
Cuando terminé de leer Spinoza en el Parque México (Tusquets, México, 2022), la autobiografía intelectual de Enrique Krauze (Ciudad de México, 1947), a partir de una serie de conversaciones con el historiador español José María Lassalle (Santander, 1966), le mandé, muy impresionado con el contenido de la obra, un mensaje que a continuación transcribo:
“Querido Enrique: Hace unos días terminé de leer el libro. Es extraordinario. Lo gocé y aprendí mucho. Avanzaba en la lectura y regresaba. Fue un libro de estudio. Me sorprende tu enorme conocimiento y cultura. Tu evolución intelectual y la defensa de la democracia. Tu repaso por la cultura judía y sus grandes pensadores. Mil, mil felicidades por tu trayectoria. Por tu biografía intelectual. Por el libro. Mi admiración, reconocimiento y respeto. Abrazo, Rubén”.
Ahora, comparto algunas de las razones por las que me impactó la lectura de este libro notable. Una biografía intelectual no es lo mismo que una biografía de toda la vida, pero sin duda es parte de la misma, y para un intelectual como Krauze, una parte muy, muy importante.
En el Prólogo dice “he vivido fascinado por la vida de los otros, por comprenderla y narrarla, sin sentir deseo alguno de contar la mía propia”, pero su amigo, el escritor español José María Lassalle, le propuso escribir su biografía intelectual y, entonces, se dieron a esa tarea, cuyo resultado es el libro que ahora comentamos. En esta biografía intelectual un tema central, así tenía que ser, ha sido hablar de los libros que Krauze ha leído y escrito. Y escribe: “Decidimos hablar de libros. ¿No había dicho Valery Larbaud que “lo esencial en la vida de un escritor consiste en la lista de los libros que leyó?”.
Y añade que en su biblioteca tenía “libros leídos, releídos, subrayados. Libros vividos. Libros de testigos, intérpretes, profetas, cronistas, pensadores, sobrevivientes y víctimas del siglo XX”. Él y Lassalle “a través de las vidas y obras de esos autores, repensamos juntos los grandes temas del pasado –mesianismo, nazifascismo, totalitarismo– que reverberan en el presente”. Y aprovechó el enclaustramiento obligado de la pandemia “para editar las conversaciones”.
En la construcción de su vida intelectual, Krauze subraya la importancia de su conversación con la cultura. “Cultura es conversación”, escribió Gabriel Zaid. Así he construido mi vida intelectual. Conversando con mis abuelos, mis maestros, mis mentores, mis colegas, mis compañeros de tantas batallas, mis autores admirados. Conversando en el café, la sobremesa y la oficina, más que en las aulas. Conversando en silencio, con los libros. ¿Por qué Spinoza? ¿Qué ocurrió en el Parque México? Ahí comenzó una conversación que no ha cesado desde entonces”.
El libro es el resultado de una conversación con un guion previo muy bien estructurado en términos de las etapas históricas de la evolución intelectual de Krauze, de sus lecturas y de la producción de sus libros. Por otra parte, muestra el conocimiento de Lassalle sobre la vida y la obra del mexicano. Es guion de esta conversación, revela con elocuencia la riqueza y la complejidad del texto. Krauze se ve conminado a recordar, a dar cuenta de sí mismo, de su experiencia, de su formación, de lo que piensa, de lo que cree, pero también de sus dudas y angustias.
Desde las primeras páginas, el libro suscitó en mí una provocadora experiencia. Yo conocía bien algunos de los hechos históricos a los que Krauze hace referencia y también había leído varios de los libros que menciona. Sin embargo, encontrarlos en esta conversación, ensanchó mi horizonte y me abrió a otros mundos. Baruch Espinoza es para mí otra afinidad electiva. En mis años de joven escolar jesuita escribí un ensayo sobre el polémico Tractatus Theologico-Politicus, publicado anónimamente por Spinoza, en Ámsterdam en 1670.
Con la lectura de la autobiografía intelectual de Krauze me pasó algo que antes no me había ocurrido, y fue el empezar a anotar los libros a los que este hacía referencia, que yo no había leído, y que se me convirtió en una necesidad leerlos. Anoté 16, mismos que me hice de ellos y sigo en la aventura de su lectura. He aprendido mucho y me ha abierto a otros ángulos de mirada, que yo antes no había contemplado.
De Krauze, de su narración sobre su evolución y desarrollo intelectual, me impresionaron, de manera particular, cuatro líneas de su trabajo de investigación, que terminan siempre en la producción de uno o varios libros. La primera es su indagación sobre los intelectuales judíos en especial su aborde a los que llama los judíos heterodoxos, entre ellos el propio Baruch Spinoza. La segunda, el estudio de los totalitarismos, el fascismo y el socialismo real con la represión y el enorme costo de vidas humanas.
La tercera, la historia y defensa de la democracia liberal, con sus límites, pero también con sus grandes aportes como un sistema político que garantiza la libertad de opinión y asociación, y también la vigencia del Estado de derecho. La cuarta, su trabajo en torno a la historia de México a través de las biografías de figuras claves, que más allá de sus historias personales permiten conocer a fondo la realidad del país.
Muy personal y valiosa es la manera en la que relata su relación con Octavio Paz y su trabajo en las revistas Plural y Vuelta proyectos culturales y políticos de enorme trascendencia en México y otras latitudes. Espacios abiertos, plurales y de vanguardia, donde publicaron sus trabajos centenares de autores mexicanos y de otras nacionalidades.
Krauze, en la presentación del libro en octubre de 2022 en el Colegio Nacional, del cual es miembro, dijo: “me conmovió mucho pensar en el libro como una forma de la gratitud” y añadió que México siempre ha sido un país de extraordinarias figuras literarias, intelectuales, culturales, y que el haber podido dialogar con ellas, acompañarlas, leerlas y aprenderles “ha sido uno de los grandes privilegios que he tenido, porque además de haberme ayudado y haberme dado ojos, mirada, corazón, sentimientos, para acercarme y tratar de comprender a este país, también me abrieron ventanas al mundo”. A lo largo del libro hay evidencias de ese agradecimiento.
Spinoza en el Parque México es un libro extraordinario y único, como original y única es la vida de cada persona. Krauze, al compartirnos su trayectoria intelectual, a partir de la conversación con Lassalle, inspira y abre horizontes intelectuales, pero también de vida. Es un texto fresco y honesto, que aporta mucho para conocer la obra y la vida del historiador, pero también la realidad de México y del mundo que nos ha tocado vivir.
Con esta reseña –una más entre las muchas que se han publicado-, cumplo tarde, pero cumplo al fin, con el mensaje que le envié a Enrique Krauze mientras leía Spinoza en el Parque México: “Estoy por terminar tu autobiografía intelectual. Un libro extraordinario. He aprendido mucho. Lo he gozado. Haré una reseña en Animal Político”.
Publicado en Animal Político el 13 de julio de 2025.