Otro poeta del amor, el rey Salomón, escribió "El cantar de los cantares" en su juventud y terminó sus días lamentando, en el Eclesiastés, la vanidad de vanidades en este mundo.
Como José Emilio nos enseñó a extrañar, así extrañaremos su “Inventario” en Proceso. Representaba, ante todo, un esfuerzo enorme de investigación, disciplina y laboriosidad.
Ernesto de la Peña me contó alguna vez la historia de Pico della Mirandola, el sabio renacentista: “Tras memorizar la Biblia de principio a fin en unos meses, Pico lanzó el reto a quien pudiera igualar su hazaña.
El homenaje que se ha rendido a Borges esta semana me ha llevado a recordar la remota tarde de marzo de 1979 en que Isabel Turrent y yo lo visitamos en Buenos Aires.
Hace unos días murió uno de los autores más originales que he conocido. Se llamaba Luis Lesur y practicó con excelencia un género que la pedantería intelectual y académica menosprecia: el género del "how to" o "saber hacer".