La conquista de México: una conmemoración pendiente Hoy los vientos no son propicios al conocimiento de la Historia, sino a su uso y abuso para fines de legitimación y manipulación.
La gran tradición historiográfica francesa tiene en Jean Meyer un representante cuya obra –a estas alturas– no desmerece frente a la de su maestro Pierre Chaunu o a la de François Chevalier, célebres historiadores que dedicaron sus afanes a Hispanoamérica.
El PAN nació diez años tarde. El 14 de septiembre de 1939, tras una década de intensa polarización ideológica, casi no había lugar entre fascismo y comunismo.
Cuando Frank Tannenbaum (1893-1969) publicó México, la lucha por la paz y por el pan (1950) fue satanizado como un gringo que deseaba frenar el progreso de México encabezado por el presidente Miguel Alemán: la industrialización.
Poco antes de atacar la ciudad de Guanajuato, el 21 de septiembre de 1810, el cura Hidalgo envío a su amigo, el intendente José Antonio Riaño, una carta en que la que intentaba persuadirlo de rendir pacíficamente la plaza.
Frente al inadmisible uso político de la fe cristiana vale la pena recordar, al menos hoy, su mensaje central. No es una prédica de división. Mucho menos de resentimiento, venganza u odio.
Navidad de 1908. En el pequeño segundo piso –casi un tapanco– de su casa en San Pedro de las Colonias, Coahuila, un hombre hojea el primer ejemplar del libro que ha escrito febrilmente durante algo más de tres meses.