En un país en el que el periodismo se ha vuelto una profesión de altísimo riesgo, los poderes locales de toda índole (legales e ilegales) pueden interpretar las invectivas presidenciales como un permiso para dañar e incluso llegar a matar.
No sé cuánto durará la nueva presidencia imperial, no sé cuándo lograremos consolidar una presidencia institucional, pero en todos los casos habrá que seguir diciendo NO al poder, en particular al poder absoluto en manos del presidente en turno.
La democracia invita a la tolerancia. No en la acepción de "soportar" la existencia autónoma y las opiniones del otro sino de crear junto con él una atmósfera en la que prevalezca el respeto esencial que todos nos debemos.
Tres grandes retratos enmarcan las ceremonias oficiales de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. De un lado, Benito Juárez. Del otro, Lázaro Cárdenas.
“Cualquiera que estudie Coriolano –afirmó William Hazlitt en Characters of Shakespeare’s plays (1817)– puede ahorrarse la lectura de las Reflexiones de Burke, Los derechos del hombre de Paine, los debates del Parlamento inglés desde la Revolución francesa.”