Hay un Spinoza para cada época y en este tiempo de censura –en el que convergen, una vez más, el autoritarismo político y la intolerancia intelectual– hacía falta un enfoque que tendiera puentes entre la vida del filósofo y nuestro presente.
La justicia no puede supeditarse al poder (así sea un poder que goce de popularidad). La justicia no puede doblegarse al "servil yugo". La justicia se puede reformar pero no decapitar.
Will Sheinbaum manage to steer a violent, polarized country with impoverished health and education systems and weak public finances toward better outcomes, while appeasing a man whom tens of millions see as a savior?