La próxima elección presidencial en México es decisiva: implicará la prolongación de un gobierno autoritario o la posibilidad de cambiar la narrativa que ha polarizado al país en los últimos años.
AMLO enfrentó el problema de la delincuencia organizada bajo el lema “abrazos, no balazos”. La mortandad provocada por la violencia criminal en este régimen ha superado, sin embargo, la de los tres sexenios anteriores.