31 diciembre 2011
“El toreo es arte”, escribe Pepe Alameda en su libro El toreo, arte católico, y “quien no empiece por creerlo nada tiene que hacer aquí”. La palabra clave es “creer”. El toreo es, en el fondo, un misterioso ejercicio religioso. Para apreciarlo como un arte, el toreo precisa, más que cualquier otra experiencia estética, de un “acto de fe”.