Aunque había leído varios libros sobre el "México bronco'', creo que caí en la cuenta de lo peculiar que es la violencia mexicana hace quince años, durante un viaje con Isabel, mi mujer, a Sudamérica.
Nada más lejano de mi ánimo que promover en este espacio actos, libros o empresas propias, pero creo que la inminencia del Segundo Encuentro Vuelta (25, 26 y 27 de agosto) y el asunto que abordará justifican la excepción.
“Los historiadores tenemos el alma vieja”. La frase de Luis González me ha parecido siempre exacta. Quien tuvo una niñez habitada por ancianos avanza por la vida como la mujer de Lot.
Hace unas semanas murió Irving Howe, uno de los grandes críticos y escritores de los Estados Unidos. Su amistad y su obra significaron mucho para Vuelta.
Con ocasión de los debates en la Cámara de Diputados, externé hace unas semanas cuatro puntos de vista. Los temas me parecen torales. No sé qué pensarán los lectores de mis conjeturas, pero las arriesgo con todo gusto.
Erase una vez una niña de tres o cuatro años que jugaba a las carreras con una amiguita suya en un parque. La que corría menos gritaba siempre, desde su posición de derrota: "Voy más rápido, voy más rápido''.
Cuba es la Jerusalén personal de Guillermo Cabrera Infante. No cada año ni hacia el oriente, como los judíos de todas las épocas, sino cada día su mirada literaria apunta hacia el occidente de la isla en la que vive y donde recuerda a esa otra isla que dejó hace casi 30 años.