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Temas de actualidad

Con ocasión de los debates en la Cámara de Diputados, externé hace unas semanas cuatro puntos de vista. Los temas me parecen torales. No sé qué pensarán los lectores de mis conjeturas, pero las arriesgo con todo gusto.

Reforma política

El sexenio de Salinas de Gortari terminará sin dar pie a la gran Reforma Política que muchos esperábamos. Me parece un error múltiple. Se dice que abrir afectaría la estabilidad; yo creo lo contrario, como se ha visto en varias elecciones estatales. Se dice que abrir afectaría la continuidad del proyecto económico; yo creo lo contrario: no abrir significa dejar la responsabilidad del cambio en la cúpula, sin que la mayoría en la base lo asuma plenamente como propio.

Se dice en privado, claro que abrir podría ampliar las posibilidades de la Oposición; yo creo lo contrario: no abrir es lo que fortalece a la Oposición. Por lo demás, ¿cuál es el peor escenario? ¿Que gane el populismo estatista? Ya estuvo en el poder entre 1970 y 1982 y fue un desastre, pero si accediese al poder en 1994 no se acabaría el mundo: las fuerzas reales de la economía global y nacional revertirían en un santiamén cualquier cambio en ese sentido. Además, la sociedad civil en México no es la misma, domesticada y asustada, de 1970: es alerta, poderosa, plural, y pararía un resurgimiento del pasado.

Incluso una coalición de partidos en la Cámara lo detendría. De modo que los temores son absurdos.

El Gobierno debería aceptar, por ejemplo como propone el PRD, según entiendo que el director del Registro Federal de Electores sea elegido, que se integre una Comisión de Vigilancia para supervisar el Padrón, que la foto aparezca en el Padrón, que se apruebe la invitación de observadores extranjeros en los comicios.

Se necesita, en suma, mayor presencia de los ciudadanos en los órganos electorales. Y como instancia de amparo ante el fraude, ¿qué mejor que el Poder Judicial? Es tal el letargo en que ha vivido desde hace más de un siglo y es tal su servidumbre frente al Ejecutivo, que sólo mediante una intervención independiente y gallarda en un aspecto tan importante como el de las elecciones podría recuperar las décadas y el prestigio perdidos.

Estas serían, a mi juicio, algunas reformas sustantivas. Todo lo demás será "mucho ruido y pocas nueces''.

Financiamiento de los partidos

Se trata de un tema complejo no sólo en México sino en países cabalmente democráticos.

Me parece que la cuestión está conectada con el acceso pleno a los medios de comunicación: si los partidos pudiesen "vender'' al público sus opciones, podrían más fácilmente "cobrar'' a la sociedad por defenderlas y buscar su instrumentación; podrían también ampliar su militancia económicamente activa. Por lo demás, creo que es importante legislar no sólo sobre el origen sino sobre el uso de esos recursos.

Habría que distinguir entre campaña y manipulación.

Comprar tiempo en televisión para proponer una plataforma está bien; comprar estómagos vacíos con tortas o tacos está mal. Por otra parte, relacionado con este tema, está el problema eterno del matrimonio por bienes mancomunados del PRI y el Gobierno.

Ahora mismo, el candidato del PRI por el Estado de México usa camiones oficiales para pegar propaganda, ¿a qué cuenta se carga ese financiamiento?

El Artículo 82

El Artículo 82 en su versión actual contradice el espíritu igualitario de otros artículos de la Constitución y divide a los ciudadanos mexicanos en dos categorías: los de primera (hijos de mexicanos nacidos en México) y los de segunda (todos los demás). Hay que comprender a los Constituyentes del 17 que lo redactaron.

México vivía un momento de sana y necesaria afirmación nacionalista. Existían, además, antecedentes que parecían ominosos: el caso de Limantour, por ejemplo. Se quería bloquear cualquier reincidencia de "los científicos''.

Pero a fin de siglo estas distinciones territoriales y étnicas son por lo menos anacrónicas. O somos o no somos modernos, abiertos y liberales. Un hombre vale por sus obras, no por sus orígenes.

Medios de comunicación

La vía de la democracia no pasa sólo aunque sí necesariamente por la limpieza electoral sino por el ejercicio cabal de las libertades y entre ellas está la libertad fundamental en un régimen abierto: la libertad de pensamiento. Para no hablar de la concepción, en México se ejercen todas las variedades de la censura y la autocensura.

Los medios comerciales suelen dar una información nula o inocua.

Los medios ligados al público académico suelen ser dogmáticos: consienten los prejuicios del lector, le dan sólo lo que quiere leer y esquivan las verdades incómodas. Los medios oficiales, oficiosos o ligados de alguna manera al Gobierno la inmensa mayoría operan con un formato y presentan una información que parecen inspirados en una novela de Fernando del Paso: Noticias del Imperio. (Si una bomba cayera en Nueva York, las ocho columnas de por lo menos un diario serían: "Atómica sobre Nueva York; Salinas consternado''). Los espacios de auténtica información y debate profesional son penosamente reducidos. Hay algo de esquizofrenia en la situación mexicana: podemos ver el debate Clinton-Perot-Bush por televisión, pero el Presidente de México no acepta nunca una entrevista abierta con los medios extranjeros de comunicación.

El mercado de la libre expresión en México está altamente protegido. Es urgente que esta situación cambie. La ausencia de información y debate político es contraproducente: convoca el rumor, la calumnia, la exageración y, en última instancia, la mentira. Lo mejor siempre es airear las posiciones.

¿De qué se tiene miedo? ¿De escuchar los mensajes populistas y estatistas de algún perredista en la televisión? Es mucho peor bloquearlos. El populismo y el estatismo ya estuvieron en el poder entre 1970 y 1982. Es facilísimo refutarlos. Los propios perredistas inteligentes y sensatos los hay, por fortuna tendrían que admitir en público las críticas fundamentadas y hasta empezarían a poner al corriente sus anacrónicas posiciones.

Es urgente, repito, que estos debates se den. En este sentido, la competencia en la televisión y los medios será muy sana.

Reforma y El Norte

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