IF President Hugo Chávez has dreamed of turning Venezuela into a Cuba with oil, the Venezuelans who oppose him have discovered the perfect antidote: the student movement.
Si Hugo Chávez ha pensado en convertir a Venezuela en una Cuba con petróleo, los venezolanos que se oponen han descubierto el antídoto. Es el movimiento estudiantil.
Tras los terremotos que sacudieron a la ciudad de México en septiembre del 1985, ocurrieron dos hechos aleccionadores, en un sentido distinto: la tardanza del gobierno en aceptar -no se diga pedir- ayuda internacional y la espontánea movilización de la sociedad civil ante el desastre.
"Los Centenarios son fechas peligrosas para México", decía John Womack, el gran historiador del zapatismo. La observación no debe ser tomada a la ligera.
Una marca de alimentos decide que su publicidad televisiva privilegie el color verde. Un cantante usa corbatas amarillas. Una telenovela utiliza como fondo musical la canción "Azul" de Agustín Lara.
Ahora que, para regocijo de algunos intelectuales filotiránicos y de varios dirigentes totalitarios del PRD, Hugo Chávez ha suprimido el canal de televisión RCTV, es momento de valorar la libertad de expresión en México.
La televisión no tiene la facultad de gobernar, legislar, juzgar, mandar batallones. Pero tiene un poder acaso más preciado: la atención de millones de personas.