Un deporte nacional menos popular pero más interesante, variado y abierto que el tapadismo podría llamarse "antologismo" presidencial: ¿quién es el mejor Presidente de los últimos años, de las últimas décadas, de los últimos siglos?
El envío final de aquella conversación para y por los jóvenes que exploraba mi propia experiencia generacional y la veía en el espejo del presente, fue breve pero quiso ser contundente y claro.
Por muchos años sufrí la tortura de ver mi nombre precedido siempre por la fórmula "el joven historiador''. Hacía décadas que había dejado de ser propiamente joven pero la fórmula seguía allí, inalterable.
La actitud saludable frente al pasado no supone la desaparición de los héroes, sino su apreciación ponderada. Para explicarme, nada mejor que recordar los años heroicos de la Hora Nacional.
Aunque había leído varios libros sobre el "México bronco'', creo que caí en la cuenta de lo peculiar que es la violencia mexicana hace quince años, durante un viaje con Isabel, mi mujer, a Sudamérica.
Nada más lejano de mi ánimo que promover en este espacio actos, libros o empresas propias, pero creo que la inminencia del Segundo Encuentro Vuelta (25, 26 y 27 de agosto) y el asunto que abordará justifican la excepción.
Con ocasión de los debates en la Cámara de Diputados, externé hace unas semanas cuatro puntos de vista. Los temas me parecen torales. No sé qué pensarán los lectores de mis conjeturas, pero las arriesgo con todo gusto.
Erase una vez una niña de tres o cuatro años que jugaba a las carreras con una amiguita suya en un parque. La que corría menos gritaba siempre, desde su posición de derrota: "Voy más rápido, voy más rápido''.