26 agosto 2004
"Hacer algo por México." En esa sencilla frase se resume la enseñanza vital que Daniel Cosío Villegas transmitió a Víctor L. Urquidi, quien fue, en muchos sentidos, su discípulo más cercano. Le decía, si no me equivoco, "Victoriano", y hasta ahora caigo en la cuenta de que aquel sobrenombre cariñoso era también una definición biográfica.