Tras los terremotos que sacudieron a la ciudad de México en septiembre del 1985, ocurrieron dos hechos aleccionadores, en un sentido distinto: la tardanza del gobierno en aceptar -no se diga pedir- ayuda internacional y la espontánea movilización de la sociedad civil ante el desastre.
La elección del 2006 despertó una energía social extraordinaria. Mucha gente a la que no le interesaban los asuntos públicos se vio de pronto envuelta en acaloradas discusiones con amistades, familiares o desconocidos.
June 11: It’s a clear, sunny Sunday afternoon. Mexico City is full of tricolor emblems — green, white, and red like the flag — and the sound of horns and all kinds of noisemakers delivering a triple blast: ME-XI-CO.
Según el censo de 1910, México tenía 15 millones de habitantes. Cinco años después, en el momento álgido de la Revolución Mexicana, los ejércitos no sumaban más de 80 a 100 mil hombres.
Entre las penosas variedades de la impunidad que padecemos los ciudadanos de este país resalta, por su ruidosa omnipresencia, la impunidad verbal de los políticos.
El anónimo y cobarde graffiti antisemita que con la señal de la esvástica y las frases "Levy, cerdo judío" y "si Hitler viviera Levy no existiera" ensució hace unos días la atmósfera pública y la lucha del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social.